Las férreas incrustaciones de cal o sarro tienen la particularidad de ser malas conductoras del calor, o del frío (aislantes) y por lo tanto suelen entorpecer la transferencia de calor o frío que necesitan los calentadores, intercambiadores de calor, electrodomésticos y tuberías para su óptimo funcionamiento. El aumento de los costes energéticos es una consecuencia del problema de la incrustación de la cal o sarro en tus instalaciones. Además de la obstrucción de las tuberías por la reducción del diámetro como consecuencia de la incrustación de la cal o sarro: las resistencias necesitan un mayor consumo de energía para funcionar por culpa de la cal, hasta un 60% más.
Eliminando la cal o sarro de tus instalaciones con ÁNTICA, se está dando lugar al ahorro por el sobrecoste de calentar o enfriar las deposiciones calcáreas.